Nació el 1 de diciembre de 1949 en
Rio negro, Antioquia y murió el 2 de diciembre de 1993

Para excusar su inmensurable capital, a comienzos
de los ochenta Escobar trató de pulir su imagen a través de la
realización de obras de caridad para los desprotegidos y con una breve
incursión en la política, ocupando un escaño como representante a la
cámara en el Congreso Nacional en 1982. Sin embargo en 1983, tras diversas
publicaciones del diario El Espectador y con la acusación
directa del ministro de justicia Rodrigo Lara Bonilla, pierde su escaño y
es acusado públicamente por sus negocios ilegales. Meses después, Lara
Bonilla y Guillermo Cano, director del El Espectador, son
asesinados por órdenes de Escobar.
Para
1985, el narcotráfico ya estaba en auge y asimismo los cárteles presentes en
Colombia, lo que desató una guerra contra el gobierno, cabeza en cuestión en
ese entonces, Belisario Betancur, se dispuso a combatirla con el uso de
la extradición de narcotraficantes a Estados Unidos. Tras sendos
intentos de negociación y múltiples secuestros y asesinatos selectivos
de jueces y funcionarios públicos, en 1989, el Cartel de Medellín con Escobar
al mando declaró la guerra total contra el Estado. Organizó y financió una
extensa red de sicarios, fieles a su mando, que asesinó a personalidades
clave para la institucionalidad nacional y perpetró actos terroristas indiscriminados
con el empleo de coches bomba en las principales ciudades del país
que desestabilizaron al mismo, puso a las autoridades «de rodillas», y que lo
convirtió en el criminal más buscado a comienzos de los años
noventa Fue responsable del asesinato de 657 policías entre 1989 y 1993, y de
feroces enfrentamientos contra el Cartel de Cali, los paramilitares del
Magdalena Medio y finalmente Los Pepes.
Carrera delictiva.
Escobar comenzó su carrera delictiva con pequeños
timos, hurtos y trabajando para el rey del contrabando en Colombia Alfredo
Gómez López El Padrino. Al
contrario de lo que se decía, no tuvo un negocio de bicicletas ni robó lápidas
para revenderlas, ya que era profundamente creyente desde muy pequeño, al igual
que su familia. Años más adelante construiría varias iglesias, campos de fútbol
y reconstruiría la ciudad con los ingresos derivados del tráfico de cocaína. A
medida que fue creciendo se involucró en el hurto de automóviles en las calles
de Medellín, y pronto pasó a dedicarse al tráfico de marihuana hacia
los Estados Unidos. Se le involucró igualmente en el secuestro y asesinato
del industrial Diego Echavarría Misas en 1971, y del capo del
narcotráfico Fabio Restrepo en 1975. Primero actuaba como intermediario que
compraba la pasta de coca en Colombia, Bolivia y Perú,
para posteriormente revenderla a los traficantes encargados de llevarla a
Estados Unidos. En la década de 1970 se convirtió en una pieza clave del
tráfico internacional de cocaína, asociado con Gonzalo Rodríguez Gacha, Carlos
Lehder, Jorge Luis Ochoa y sus hermanos Fabio y Juan
David, fundó y lideró el denominado Cartel de Medellín que se hizo
con el control de pistas, rutas, laboratorios y monopolizó el comercio ilegal
desde la producción hasta el consumo. En 1978 fue detenido por tráfico de estupefacientes
pero el proceso prescribió y quedó en libertad meses después de su detención.
No obstante, el proceso fue reabierto por la jueza Mariela Espinosa, quien
también desistió de la investigación por amenazas contra su vida Espinosa fue
asesinada años después por orden de Escobar.
Tranquilandia era el principal
centro de producción de cocaína del Cartel de Medellín localizado
en Caquetá. Contaba con 19 laboratorios de procesamiento, abundante agua
dulce (del río Yarí), un sistema eléctrico independiente, dormitorios y
una pista para aterrizaje. El complejo fue destruido en 1984 por la Policía
Nacional y la DEA incautando cerca de 14 toneladas de droga,
valorada en 1 200 millones de dólares.
Miembros del Bloque de busqueda con el
cuerpo de Pablo Escobar, muerto en un tiroteo tras 17 meses de intensa búsqueda.